UN TRISTE ADIÓS
El pasado 16 de noviembre por esos avatares tristes de la vida y muchas veces injusta, el joven surfista manguero – cartagenero Raúl Martínez-Illescas Ramos con tan solo 21 años, en el despertar de la vida, cerró sus ojos para siempre, dejando un gran vacío en su familia y en todo aquel que compartía su amistad y gran afición, el surf.
Los que lo conocieron nos lo describen como persona alegre, humilde, amigo de sus amigos, comprometido y constante en todo lo que se proponía.
Para nosotros no es fácil escribir estas líneas, porque cuando una persona mayor se va en la circunstancia que sea, la sentimos, pero pensamos que es ley de vida; pero cuando se trata de un ser tan joven como Raúl, con toda una vida por delante y muchas cosas por hacer, nos hundimos en una profunda tristeza.
Hoy, sus amigos y familia surfera le han dado el último adiós, en la playa del Galúa que frecuentaba y disfrutaba en la práctica de su deporte favorito; fue un homenaje muy sentido, ya que todos los surferos se adentraron con sus tablas en el mediterráneo; “el mar de sus sueños y donde paradójica y metafóricamente a Raúl lo transportaba a otro mundo”. Todos hicieron un círculo en forma de corazón y en su centro esparcieron sus cenizas; mientras en la playa había mucho más de un centenar de amigos, familiares, conocidos y no conocidos, que se unieron con el corazón en el puño y sentimientos encontrados a esta despedida.
“Raúl, que tu espíritu desde hoy goce de la luz eterna, iluminando a todos los que has dejado y que te recordarán con amor toda la vida”.
Fuente: Comunicación y Prensa